MAGISTRADO PONENTE: LEVIS IGNACIO ZERPA

Exp. N° 8424

 

El Tribunal Superior Octavo de lo Contencioso Tributario de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, adjunto a oficio N° 1418 de fecha 24 de octubre de 1991, remitió a esta Sala el expediente contentivo de la apelación interpuesta por el abogado Ramón Cabello Sánchez, inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el número 6.459, actuando con el carácter de apoderado judicial del INSTITUTO NACIONAL DE COOPERACIÓN EDUCATIVA (INCE), contra la sentencia dictada por ese tribunal en fecha 19 de septiembre de 1991, mediante la cual se declaró “CON LUGAR” el recurso contencioso fiscal interpuesto por LA CONFEDERACIÓN DEL CANADÁ VENEZOLANA, C.A., inscrita en el Registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda en fecha 23 de febrero de 1967, bajo el N° 66, Tomo 5-A, contra “los actos administrativos denominados ‘Situación de la Empresa con el Programa Nacional de Aprendizaje’ y ‘Estudio del Cumplimiento con el Programa Nacional de Aprendizaje’ del 2 de agosto de 1.990, en los cuales el INCE gestiona el cobro de Bs. 150.498,60, deuda de la recurrente por haber dejado de formar tres enteros cinco millones ochocientos treinta y tres diezmilésimas (3,5833) aprendices en 1.989, a razón de Bs. 42.000,00 por cada aprendiz...”.

El 13 de noviembre de 1991 se dio cuenta en Sala y por auto de la misma fecha, se ordenó aplicar el procedimiento de segunda instancia previsto en el Capítulo III del Título V de la Ley Orgánica de la Corte Suprema Justicia, se designó ponente al Magistrado Román José Duque Corredor y se fijó el 10° día de despacho para comenzar la relación.  En la misma fecha, compareció el apoderado judicial del Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) y formalizó la apelación.

Mediante diligencia de fecha 22 de enero de 1992, el abogado apelante consignó escrito de promoción de pruebas, para que fuesen sustanciadas y apreciadas en la definitiva.

Por auto de fecha 29 de enero de 1992, esta Sala ordenó pasar el expediente al Juzgado de Sustanciación.

En fecha 11 de febrero de 1992, el Juzgado de Sustanciación admitió las pruebas presentadas, por no ser ilegales o impertinentes.

El día 31 de marzo de 1992 se pasó el expediente a esta Sala.

Por auto de fecha 7 de abril de 1992, se reasignó la ponencia al Magistrado Alfredo Ducharne Alonzo.

En la audiencia del 6 de mayo de 1992 tuvo lugar el acto de informes, compareció la apoderada judicial del Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) y consignó su escrito respectivo, terminó la relación, y se dijo “VISTOS”.

En horas de despacho del día 12 de marzo de 1998, compareció el abogado de la apelante y solicitó se dictara sentencia.

Mediante auto de fecha 14 de abril de 2000, se designó ponente al Magistrado Levis Ignacio Zerpa, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.

En fecha 17 de enero de 2001, compareció nuevamente el apoderado del Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) y solicitó sentencia.

En virtud de la designación de los Magistrados Hadel Mostafá Paolini y Yolanda Jaimes Guerrero, y la ratificación del Magistrado Levis Ignacio Zerpa, por la Asamblea Nacional en sesión de fecha 20 de diciembre de 2000, publicada en la Gaceta Oficial N° 37.105 del día 22 del mismo mes y año, se reconstituyó la Sala Político Administrativa el 27 de diciembre de dicho año, y se ordenó la continuación de la causa en el estado en que se encontraba.

Para decidir, la Sala observa:

De conformidad con lo establecido en el artículo 86 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, la instancia se extingue de pleno derecho en las causas que hayan estado paralizadas por más de un año a partir del último acto de procedimiento, por lo que, en tal caso, este Supremo Tribunal sin más trámites debe declarar la perención, de oficio o a instancia de parte.

En este sentido, esta Sala en decisión de fecha 13 de febrero del presente año declaró que la perención:

“Se trata, así, del simple cumplimento de una condición objetiva, independiente por tanto de la voluntad de las partes, es decir, no atribuible a motivos que le son imputables, y consistente en el solo transcurso del tiempo de un año de inactividad para la procedencia de la perención. Ello refleja la verdadera intención del legislador ya plasmada en anterior decisión de esta Sala (Vid. caso: CEBRA, S.A. del 14 de julio de 1983), no sólo de evitar que los litigios se prolonguen indefinidamente, así como el exonerar a los Tribunales, después de un prolongado período de inactividad procesal, del deber de dictar nuevas providencias en casos presuntamente abandonados por los litigantes. Se tuvo también en cuenta la necesidad de eliminar la incertidumbre acerca de la firmeza de los actos del Poder Público, los cuales pudieren ser objeto de impugnación por inconstitucionalidad o ilegalidad ante el Supremo Tribunal o ante los demás órganos de la jurisdicción contencioso-administrativa

(...omissis...)

Así, declarada la perención en el juicio, el efecto se limita a la extinción del proceso privándose de firmeza al acto recurrido cuando se vulnere el orden público, y su control por Ley, corresponda a este Alto Tribunal; por tanto quienes tengan interés personal, legítimo y directo pueden proponer nuevamente la demanda conforme a los supuestos y mediante los mecanismos legalmente establecidos.

Por último, esta interpretación es en un todo coherente con el resto del texto de la Ley bajo examen, por cuanto no contradice el artículo 96 eiusdem que dispone:

‘Los informes constituyen la última actuación de las partes en relación con la materia litigiosa que sea objeto del juicio o de la incidencia de que se trate. Concluido el acto de informes, no se permitirá a las partes nuevos alegatos o pruebas relacionadas con dicha materia, salvo lo dispuesto en el artículo 407 del Código de Procedimiento Civil (artículo 514 del Código vigente), pero quienes hayan informado verbalmente pueden presentar conclusiones escritas dentro de los tres días siguientes.’

En efecto, cuando la norma transcrita establece que la "última actuación de las partes" en el juicio son los informes, se está refiriendo según el significado de las palabras empleadas y su conexión entre sí a que no se permite a los litigantes después de informes traer nuevos alegatos o pruebas; sin que ello implique un impedimento para seguir actuando en juicio, en la forma de impulsar el procedimiento hasta su definitiva conclusión con el fallo respectivo.

De ahí que no están las partes exceptuadas de actuación en juicio una vez consignados los informes, como pudiera derivarse de una errónea interpretación literal del texto. Por el contrario, como ha quedado puesto de manifiesto la inactividad de las partes en el juicio, aún después de la oportunidad fijada para informes y de vistos, conforme al texto normativo especial que reglamenta los procedimientos que se ventilan ante este Supremo Tribunal, evidencia un abandono del caso que no puede justificar la incertidumbre creada respecto a la firmeza de determinado acto del Poder Público.

En suma, que según los términos del artículo 86 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, aplicable a los procedimientos que se ventilen ante este Tribunal Supremo de Justicia, salvo lo previsto en disposiciones especiales, basta para que opere la perención de pleno derecho, el que se haya paralizado la causa por más de un año, independientemente de que se trate de razones imputables a la parte o del estado en que la misma se encuentre. Así se declara.”

Al respecto, examinadas las actas procesales que componen el presente expediente, se constata que la causa ha estado paralizada desde el 6 de mayo de 1992, fecha en la cual se dijo “VISTOS”, hasta el 12 de marzo de 1998, cuando compareció el abogado apelante y solicitó se dictara sentencia y desde esta última fecha, hasta el 17 de enero de 2001, cuando compareció, nuevamente, el abogado apelante y solicitó se dictara sentencia en el presente caso, sin que se hubiese realizado acto alguno de procedimiento por las partes ni por este Supremo Tribunal.

Igualmente, se aprecia que en el caso de autos no se vulnera ninguna norma de orden público con la aplicación de la indicada disposición, por lo cual, habiendo transcurrido con creces el lapso previsto en la misma y siguiendo el criterio jurisprudencial arriba trascrito, se ha consumado la perención.  Así se declara.

En virtud de lo anterior, esta Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, DECLARA CONSUMADA LA PERENCIÓN y, en consecuencia, EXTINGUIDA LA INSTANCIA en la presente causa.

Queda así, firme la decisión apelada.

Publíquese, regístrese y comuníquese.  Devuélvase el expediente al Tribunal de origen.  Cúmplase lo ordenado. 

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político - Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los siete (07) días del mes de agosto de dos mil uno. Años 191º de la Independencia y 142º de la Federación.

   El Presidente - Ponente,

 

 

LEVIS IGNACIO ZERPA

El Vicepresidente,

 

 

  HADEL MOSTAFÁ PAOLINI

YOLANDA JAIMES GUERRERO

         Magistrada

La Secretaria,

 

 

ANAÍS MEJÍA CALZADILLA

Exp. N° 8424

LIZ/ccj

Sent. Nº 01758

En ocho (08) de agosto del año dos mil uno, se publicó y registró la anterior sentencia bajo el Nº 01758.