Exp. N° 9363
El Tribunal Superior Cuarto de lo Contencioso
Tributario de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado
Miranda, adjunto a oficio N° 126-92 de fecha 26 de noviembre de 1992, remitió a
esta Sala el expediente contentivo de las apelaciones interpuestas por los
abogados Ramón Cabello Sánchez, inscrito en el Instituto de Previsión Social
del Abogado bajo el número 6459, actuando con el carácter de apoderado judicial
del INSTITUTO NACIONAL DE COOPERACIÓN EDUCATIVA (INCE) y R. Alberto
Parra Febres, actuando con el carácter de apoderado judicial de la
contribuyente CORPORACIÓN CHATARRAVEN, C.A., sociedad mercantil inscrita
en el registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y
el Estado Miranda en fecha 14 de enero de 1964, bajo N° 5, Tomo 12-A, contra la
sentencia dictada por ese tribunal en fecha 30 de septiembre de 1992, mediante
la cual se declaró “PARCIALMENTE CON LUGAR” el recurso contencioso fiscal
interpuesto por la contribuyente CORPORACIÓN CHATARRAVEN, C.A.,
solicitando “la declaratoria de prescripción de las obligaciones pecuniarias
impuestas por el INCE a la mencionada empresa, derivadas del Programa Nacional
de Aprendizaje, causadas año por año, en el lapso comprendido entre el año
1.981 al 1.984, de las cuales se declaran prescritas las obligaciones
pecuniarias causadas en los años 1.983 y 1.984, no habiéndose cumplido el lapso
de prescripción correspondiente...”
El 10 de diciembre de 1992 se dio cuenta en Sala y por auto de la misma
fecha, se ordenó aplicar el procedimiento de segunda instancia previsto en el
Capítulo III del Título V de la Ley Orgánica de la Corte Suprema Justicia, se
designó ponente al Magistrado Luis H. Farías Mata y se fijó el 10° día de despacho
para comenzar la relación.
El día 23 de enero de 1993 compareció el
apoderado judicial de la contribuyente y formalizó la apelación y el 28 de del
mismo mes y año, compareció el apoderado judicial del Instituto Nacional de
Cooperación Educativa (INCE) y formalizó la apelación.
En fecha 9 de febrero de 1993 fue consignado
por el abogado de la contribuyente, escrito de contestación a la formalización.
En la audiencia
del 25 de marzo de 1993 tuvo lugar el acto de informes, comparecieron ambas
partes y consignaron sus escritos respectivos, terminó la relación y se
dijo “VISTOS”.
Mediante auto de fecha 10 de febrero de 2000, se designó ponente al Magistrado
Levis Ignacio Zerpa, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.
En virtud de la designación de los
Magistrados Hadel Mostafá Paolini y Yolanda Jaimes Guerrero, y la ratificación
del Magistrado Levis Ignacio Zerpa, por la Asamblea Nacional en sesión de fecha
20 de diciembre de 2000, publicada en la Gaceta Oficial N° 37.105 del día 22
del mismo mes y año, se reconstituyó la Sala Político Administrativa el 27 de
diciembre de dicho año, y se ordenó la
continuación de la causa en el estado en que se encontraba.
En
fecha 18 de enero de 2001, compareció el abogado del Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) y solicitó se dictara sentencia en la
presente causa.
Para decidir, la Sala observa:
De conformidad con lo
establecido en el artículo 86 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia, la instancia se extingue de pleno derecho en las causas que hayan
estado paralizadas por más de un año a partir del último acto de procedimiento,
por lo que, en tal caso, este Supremo Tribunal sin más trámites debe declarar
la perención, de oficio o a instancia de parte.
En este sentido, esta Sala en decisión de fecha 13 de febrero del
presente año declaró que la perención:
“Se
trata, así, del simple cumplimento de una condición objetiva, independiente por
tanto de la voluntad de las partes, es decir, no atribuible a motivos que le
son imputables, y consistente en el solo transcurso del tiempo de un año de
inactividad para la procedencia de la perención. Ello refleja la verdadera
intención del legislador ya plasmada en anterior decisión de esta Sala (Vid.
caso: CEBRA, S.A. del 14 de julio de 1983), no sólo de evitar que los litigios
se prolonguen indefinidamente, así como el exonerar a los Tribunales, después
de un prolongado período de inactividad procesal, del deber de dictar nuevas
providencias en casos presuntamente abandonados por los litigantes. Se tuvo también
en cuenta la necesidad de eliminar la incertidumbre acerca de la firmeza de los
actos del Poder Público, los cuales pudieren ser objeto de impugnación por
inconstitucionalidad o ilegalidad ante el Supremo Tribunal o ante los demás
órganos de la jurisdicción contencioso-administrativa
(...omissis...)
Así, declarada la perención en el juicio, el efecto se limita a la extinción del proceso privándose de firmeza al acto recurrido cuando se vulnere el orden público, y su control por Ley, corresponda a este Alto Tribunal; por tanto quienes tengan interés personal, legítimo y directo pueden proponer nuevamente la demanda conforme a los supuestos y mediante los mecanismos legalmente establecidos.
Por
último, esta interpretación es en un todo coherente con el resto del texto de
la Ley bajo examen, por cuanto no contradice el artículo 96 eiusdem que
dispone:
‘Los
informes constituyen la última actuación de las partes en relación con la
materia litigiosa que sea objeto del juicio o de la incidencia de que se trate.
Concluido el acto de informes, no se permitirá a las partes nuevos alegatos o
pruebas relacionadas con dicha materia, salvo lo dispuesto en el artículo 407
del Código de Procedimiento Civil (artículo 514 del Código vigente), pero
quienes hayan informado verbalmente pueden presentar conclusiones escritas
dentro de los tres días siguientes.’
En
efecto, cuando la norma transcrita establece que la "última actuación de
las partes" en el juicio son los informes, se está refiriendo según el
significado de las palabras empleadas y su conexión entre sí a que no se
permite a los litigantes después de informes traer nuevos alegatos o pruebas;
sin que ello implique un impedimento para seguir actuando en juicio, en la
forma de impulsar el procedimiento hasta su definitiva conclusión con el fallo
respectivo.
De ahí que no están las partes exceptuadas de
actuación en juicio una vez consignados los informes, como pudiera derivarse de
una errónea interpretación literal del texto. Por el contrario, como ha quedado
puesto de manifiesto la inactividad de las partes en el juicio, aún después de
la oportunidad fijada para informes y de vistos, conforme al texto normativo
especial que reglamenta los procedimientos que se ventilan ante este Supremo
Tribunal, evidencia un abandono del caso que no puede justificar la
incertidumbre creada respecto a la firmeza de determinado acto del Poder
Público.
En
suma, que según los términos del artículo 86 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, aplicable a los procedimientos que se ventilen ante este
Tribunal Supremo de Justicia, salvo lo previsto en disposiciones especiales,
basta para que opere la perención de pleno derecho, el que se haya paralizado
la causa por más de un año, independientemente de que se trate de razones
imputables a la parte o del estado en que la misma se encuentre. Así se
declara.”
Al respecto, examinadas las
actas procesales que componen el presente expediente, se constata que la causa
estuvo paralizada desde el 25 de marzo de 1993, fecha en la cual se dijo “VISTOS”, hasta el 18 de enero de
2001, cuando el abogado del Instituto
Nacional de Cooperación Educativa (INCE) solicitó decisión, sin que en ese lapso se hubiese realizado acto alguno
de procedimiento por las partes ni por este Supremo Tribunal.
Igualmente, se aprecia que en el caso de autos no se vulnera ninguna
norma de orden público con la aplicación de la indicada disposición, por lo
cual, habiendo transcurrido con creces el lapso previsto en la misma y
siguiendo el criterio jurisprudencial arriba trascrito, se ha consumado la
perención. Así se declara.
En virtud de lo anterior, esta Sala
Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando
justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de
la Ley, DECLARA CONSUMADA LA PERENCIÓN
y, en consecuencia, EXTINGUIDA LA
INSTANCIA en la presente causa.
Queda así, firme la decisión apelada.
Publíquese, regístrese y
comuníquese. Devuélvase el expediente
al Tribunal de origen. Cúmplase lo
ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político -
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los dos (02)
días del mes de octubre de dos mil uno.
Años 191º de la Independencia y 142º de la Federación.
El
Vicepresidente,
ANAÍS MEJÍA CALZADILLA
LIZ/ccj
En tres (03) de octubre del
año dos mil uno, se publicó y registró la anterior sentencia bajo el Nº 02062.