martes, 21 de noviembre de 2006
Nordys Viloria presente en el Foro de derecho a la Infancia y la Adolescencia
"La protección integral constituye una alternativa para niños, niñas y adolescentes"
Consideró la experta en temas de infancia y adolescencia que la inclusión de niños y niñas en instituciones que fungen como casa-hogar, genera efectos negativos en la formación psicológica y social de los mismos, lo que han dado por calificar los expertos como el "síndrome de carencia afectiva"




En el marco del foro "Derecho de la infancia y la adolescencia", que se celebra en el auditorio principal del Tribunal Supremo de Justicia, la doctora Nordys Viloria habló sobre el impacto de la institucionalización en niños, niñas y adolescentes privados de su medio familiar advirtiendo que "cuando hablamos del tema de protección de los niños o niñas en instituciones de cuidado supone que ellos están muy bien atendidos en esos lugares, donde se les proporciona techo, comida, ropa, educación y personas que se encargan de su custodia".



En ese sentido explicó la médico, quien es especialista en el tema, que "el ingreso de los niños, niñas y adolescentes privados de su medio familiar biológico a centros de atención integral ha obedecido históricamente a argumentos religiosos y humanitarios mezclados en forma imperceptible con la exclusión social y la visión de la población menos favorecida, vale decir indigentes, niños en la calle, desamparados, forasteros, entre otros".



Consideró que en la actualidad aún existen prácticas que han sido cosechadas a través de los siglos y que en un comienzo estuvieron estrechamente vinculadas con el Medioevo y el Cristianismo, tales como ingresos a orfanatos y casas de cuidado donde los niños eran llevados con extremas limitaciones.

En este ámbito de ideas consideró que la aceptación de la inclusión de estos niños y niñas en instituciones "se exacerbó a consecuencia de la primera y segunda guerras mundiales y los sucesivos procesos bélicos padecidos por la humanidad, así como otras tragedias naturales y cualquier otro suceso que provocara el desamparo infantil. Este tipo de atención se fue quedando entre nosotros como una necesidad y en algunas regiones como el único recurso frente al desamparo familiar de la infancia y la adolescencia".





LA VIDA EN INSTITUCIONES DE CUIDADO TIENE SUS IMPLICACIONES


De acuerdo con la óptica de Nordys Viloria, si bien las casas que fungen como hogares familiares proporcionan techo y alimentación a los infantes y adolescentes, el hecho también provoca sus efectos negativos en la formación psicológica y social de los mismos, lo que ella califica como el "síndrome de carencia afectiva".

"Cuando hablamos de este síndrome nos referimos a lo que se conoce actualmente como una entidad nosológica que se enmarca dentro de los retrasos de crecimiento y desarrollo infantil cuya causa no es orgánica (...) la Organización Mundial de la Salud clasifica estos desórdenes como trastorno del comportamiento social cuyo comienzo habitual es en la infancia y la adolescencia y trastorno reactivo de vinculación de la infancia. Estos trastornos se aceptan como la consecuencia directa en los infantes de la carencia de parientes, principalmente las figuras paternales, los abusos emocionales continuos y el maltrato grave. Aparecen con los cuidados notoriamente inadecuados para el niño y la niña y sobre todo aquellos relacionados con una respuesta pobre y carente de calidad ante las demandas del niño(a) y la incapacidad de los padres para llevar a cabo su función, por abandono físico o emocional", explicó.

En este orden de ideas explicó la Dra. Viloria que el trastorno reactivo emocional es una estado que se presenta en la edad de la lactancia y la primera infancia caracterizada por anormalidades persistentes en la forma de relación social del niño, acompañada de alteraciones emocionales que son reactivas a cambios en las circunstancias ambientales en la vida del niño(a). En cuanto a sus características señala el temor y preocupación inconsolables; empobrecimiento de la relaciones del niño(a) con sus pares y/o adultos; auto-agresiones y/o agresiones a sus pares o adultos cuidadores; tristeza y retardo en el crecimiento y desarrollo.


EFECTOS NEGATIVOS

Para la experta cuidado infantil la institucionalización es un estímulo altamente desencadenante de estrés y demás enfermedades que terminan por somatizarse, pues el niño no entiende por qué fue separado de sus padres o sólo interpreta el hecho como abandono, aún cuando la medida de internación obedezca a razones bien justificadas, no acepta su ingreso a un ambiente extraño. En otros casos cuando alcanza cierto nivel de desarrollo se llena de interrogantes, entre ellas por qué no tiene padres, por qué no viven en una casa normal o por qué el "niño Jesús" no le había visitado antes. "Las reacciones del niño(a) frente al ingreso institucional son muy variadas y van desde el llanto inconsolable al mutismo absoluto, algunos rechazan cualquier contacto físico o afectivo, otros están permanentemente dependientes del personal de cuidadores del centro (...) los efectos del cuidado institucional se conocen desde hace más de un siglo. René Spitz definió el hospitalismo como el deterioro progresivo que aparece en los niños(as) hospitalizados o ingresados a orfanatos u hogares infantiles y que no se puede atribuir a infecciones o deficiencias higiénicas o nutricionales si no a la propia reclusión del niño", indicó.


SÍNDROME DEL NIÑO POST INSTITUCIONALIZADO


Entre otros síntomas negativos tempranos, Nordys Viloria señaló la regresión, depresión, interpretación errónea de la situación por el niño(a), somatización, amnesia o estados pseudos delirantes, déficit perceptivo y motor, entre otros. En cuanto a los efectos a mediano y largo plazo señaló la modificación del carácter y la personalidad; alteración de la capacidad del niño(a) para relacionarse con figuras parentales; dificultad para relacionarse con sus pares; disminución de su capacidad de adaptación a la rutina escolar; rendimiento escolar deficiente y depresión infantil.

Mencionó también lo que definen los expertos como el síndrome del niño post institucionalizado, lo cual tiene que ver con "la existencia de problemas relacionados con el antecedente personal de institucionalización del niño(a) o adolescente caracterizados por trastornos del desarrollo neurológico y motor y/o psicopatológicos cuya gravedad y pronóstico dependerán en forma directamente proporcional del tiempo de institucionalización y la calidad de atención recibida por los infantes y adolescentes durante su estadía. Este síndrome es la causa principal de la falta de adaptación del niño(a) a las familias de acogida incluyendo casos en los cuales la reintegración familiar es con su familia biológica".

Para cerrar su intervención en el Foro, la Dra. Viloria insistió en que existen alternativas para hacer frente a los síndromes que padecen los niños que carecen de un hogar y consideró que la salida más viable consiste en un cambio de paradigma que ofrece como alternativa la protección integral, la cual se vislumbra como la mejor alternativa para los niños, niñas y adolescentes privados del afecto, compañía y cuidados de sus progenitores. "Esta alternativa de protección integral se vislumbra como la mejor salida para los niños, niñas y adolescentes privados del afecto, compañía y cuidados de sus progenitores; en la práctica se traduce como la reintegración familiar biológica o no de estos infantes y adolescentes a un medio familiar que les brinde el afecto, atención personalizada, compañía, orientación y todo aquello que solo una familia puede ofrecerles", concluyó.


Foto: Daniel González


Fotoleyenda: Dra. Nordys Viloria, ponente del Foro "Derecho de la infancia y la adolescencia"


Autor:
  PRENSA/TSJ

Fecha de Publicación:
  21/11/2006

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