Andrea Gross, diputado del Parlamento Suizo y de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, describió la democracia directa de Suiza y aclaró que la misma es el resultado de la revolución de estadounidense y francesa. Esta descripción la realizó durante su participación en el Congreso Internacional de Derecho del Electoral y Participación Ciudadana, que se llevó a cabo en el Tribunal Supremo de Justicia desde el 29 al 31 de octubre de 2007.
Considera que la democracia directa no es una forma para que "el poder tenga más poder, sino que es una forma para compartir el poder para que todos los ciudadanos y las ciudadanas, sientan que efectivamente tienen el poder, que efectivamente son soberanos". Es muy importante ser muy precisos porque esa es la principal diferencia entre democracia directa y plebiscito.
Expresó que en la democracia directa es una "pequeñísima minoría" quien tiene el derecho de invitar a la mayoría para que decida, para que se pronuncie y tome decisiones. Porque si no se le estaría dando el derecho a los que ya tienen el poder "no lo necesitan".
El Diputado europeo manifestó que el alma de la democracia directa es el debate, la reflexión compartida, la deliberación, la discusión. "Para que la gente sea verdaderamente libre es necesario que la minoría de los ciudadanos puedan proponer cosas que tal vez a la mayoría no les guste".
Precisó que la democracia directa es el hecho de dar poder de comunicación a los ciudadanos. "Libertad de expresión no es sólo decir lo que uno piensa, sino que alguien lo escuche". Y en ese sentido, "el referéndum es hacer que los demás escuchen", señaló.
"En la política el 70% tiene que ver con crear esa atención del público. Es algo que tiene un alto costo. Con la democracia directa se el confiere a la minorías el derecho de hacer que el Estado, la sociedad, la mayoría, el Gobierno, el Presidente y el Parlamento escuchen con atención asuntos que tal vez han olvidado o que no tienen la fuerza para hacerse escuchar de las formas convencionales".
Andrea Gross señaló que e la actualidad casi todos los sistemas políticos se ven afectados por una "enorme" distancia entre ciudadanos y políticos. Porque los políticos quisieran apelar a los ciudadanos cada cuatro o cinco años. Propone que el intercambio sea casi permanente y que los ciudadanos tengan el derecho de tomar decisiones cada tres meses. "La distancia se acorte porque los políticos tratarán de escuchar siempre a los ciudadanos. Y los ciudadanos no se sentirán olvidados, dejados solos". |