El presidente del Tribunal Supremo Popular de Cuba, Rubén Remigio Ferro, quien asistió como observador a la V Cumbre de Poderes Judiciales de la Unasur, expresó que los jueces son “servidores públicos, no funcionarios omnipotentes que pueden actuar con su libre albedrío y de manera arbitraria, sino de forma racional y según la idiosincrasia y el contexto del país”.
Señaló el magistrado que la quinta edición de la cumbre de Poderes Judiciales los enriqueció a todos, como grupo y como naciones individuales. “Escuchamos las experiencias de los demás y las nuestras son oídas por todos, así compartimos la realidad de nuestros pueblos y puntos de vista. Creo que salimos llenos de conceptos y de experiencias, eso nos ayuda individualmente a fortalecernos”.
A juicio de Rubén Remigio Ferro, esta cumbre es la manera de mantenernos consolidados. “Para fortalecernos como región es preciso aprender a pensar y a actuar mancomunadamente. Hay que creer en nosotros mismos para no volver a ser colonizados a partir de teorías o filosofías elaboradas con realidades ajenas a la nuestra”.
Es por ello que el juez cubano apoya la iniciativa del Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, de conformar el Consejo de Justicia de la Unasur. “Sería un foro magnífico en el que compartiríamos nuestros pensamientos y filosofías, a partir de nuestras propias necesidades y características”.
La irrestricta independencia de la Justicia
Para el magistrado cubano, la independencia de la Justicia es indispensable para el desarrollo de una nación. “Nos norman la Constitución, los reglamentos y los ordenamientos jurídicos, que son básicos para esa independencia. Pero es más importante una actitud responsable y transparente, subjetiva de los propios jueces y tribunales”.
Según el juez, es indispensable la posición independiente de los administradores de justicia. “Si se dejan influir o ceden a la presión o a la tentación de las propuestas de soborno, ponen en crisis a todo el sistema jurídico de un pueblo”.
Rubén Remigio Ferro relata que en Cuba se trabaja mucho en la preparación técnica de los operadores de justicia. Pero sobre todo en su formación ética “para garantizar los derechos de sus conciudadanos”.
Para el Presidente del Tribunal Supremo Popular de Cuba, uno de los pilares de un sistema de justicia es ejercerla de frente al pueblo y contando con su criterio, “porque al fin y al cabo la función de juzgar nos es delegada por el pueblo”.
