lunes, 08 de marzo de 2010
El día de la mujer tiene origen socialista
Venezuela tiene nombre de mujer

Una vez más se celebra el 08 de marzo el Día de la Mujer, desde que la alemana Clara Zetkin lo propusiera a comienzos del siglo pasado y así fuese aceptado por la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca. Posteriormente se unirían a la conmemoración Alemania, Austria, Suiza y el resto de países del mundo.

 

Y es que la semilla de la liberación de la mujer no tiene su origen en Estados Unidos, sino en el movimiento socialista mundial, a finales del siglo XIX. Es en los escritos de Engels y Marx donde la visión de la mujer proletaria y sus antagonismos con la mujer burguesa encontraron el eco popular que se irradió al resto del mundo. Engels sostenía que en la antigüedad, no había una división del trabajo entre hombres y mujeres, inclusive, las mujeres tendían a ser el principal sostén del hogar, a menudo tuvieron autoridad sobre los hombres porque su trabajo era la principal fuente de nutrición para el grupo.  De allí los tomaría justamente, Clara Zetkin. Es, pues, una idea socialista, aunque eso no le guste mucho a la Organización de las Naciones Unidas.

 

El 8 de marzo, en muchos sitios se recordarán gestas inmortales y valerosas de mujeres que lucharon por diversas causas que no sólo vencieron, sino que dejaron la huella de su paso como ejemplo para todos. Pero más importante que esos actos, debería ser la conciencia de la importancia de que la mujer tenga el papel que no sólo se merece, sino que se ha ganado con mucho esfuerzo y a costa de muchos prejuicios.

 

Es sabido y muchas veces olvidado que las mujeres han signado con su actuación decidida el resultado de importantísimos acontecimientos para la humanidad, como la Revolución Francesa, la lucha por el voto y los derechos civiles para todos. Fue una humilde mujer negra, Rosa Parks, quien se negó por considerarlo humillante, a sentarse en un puesto al fondo del autobús, lugar destinado para los negros en el Estados Unidos de los turbulentos años sesenta; con ello encendió la llama de la esperanza y la lucha por los derechos civiles en ese país.

 

En la gesta independentista de Latinoamérica nunca faltó una mujer, ya fuese empuñando un fusil en el propio frente de batalla, o sirviendo de apoyo logístico donde fuera. Por eso podemos recordar con admiración a mujeres como Mercedes Ábrego, quien fuera ejecutada frente a sus dos hijos por tejer con fino hilo el uniforme de brigadier de El Libertador, tras lo cual el mismo Simón Bolívar aludía a sus charreteras como una cabellera de mujer valiente. A Manuela Sáenz, importante líder revolucionaria de a caballo, a la guariqueña Juana Ramírez "La avanzadora" participante victoriosa de la Batería de Mujeres Patriotas que comandaría derrotando a Monteverde; a la indígena venezolana llamada Apacuana o Cúa, de donde proviene el nombre de esa zona de Venezuela, quien se rebeló contra el conquistador español y organizó muchos ataques contra sus tropas, hasta que fue capturada y martirizada varios días en público sin rendirse y sin proferir un solo grito o queja.

 

La lista es casi interminable. Pero resulta trascendente que en nuestra época pocos países puedan exhibir como el nuestro un avance tan significativo en realzar y enaltecer el puesto de la mujer.

 

Por nombrar sólo algunas referencias legales, puedo señalar que nuestra Constitución de la República de Venezuela señala en su artículo 88 que "El Estado garantizará la igualdad y equidad de hombres y mujeres en el ejercicio del derecho al trabajo. El Estado reconocerá el trabajo del hogar como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social. Las amas de casa tienen derecho a la seguridad social de conformidad con la ley".

 

O el artículo 54 constitucional: "Ninguna persona podrá ser sometida a esclavitud o servidumbre. La trata de personas y, en particular, la de mujeres, niños, niñas y adolescentes en todas sus formas, estará sujeta a las penas previstas en la ley".

Son apenas dos referencias de rango constitucional que reflejan el interés y preocupación del Estado en los últimos años por la reivindicación de los derechos de la mujer. A ello debemos agregar las leyes especiales que proscribe la violencia entre las familias y especialmente a la mujer, la que ordena con precisión y sin ambages la igualdad de género, y muchas, muchas más.

 

Incluso en los más altos cargos del Poder Público Nacional, todos los venezolanos y el mundo entero ha presenciado que mujeres han detentado cargos como Presidenta de la Asamblea, Presidenta del CNE, Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Fiscal General, Defensora del Pueblo, Procuradora de la República, etc, por citar también sólo algunas.

 

A pesar de ello, la batalla de la mujer contemporánea continúa desde múltiples frentes, en roles compartidos de trabajadora, madre, comprometida con su comunidad en liderazgos comunitarios, etc. Cada vez es menos noticia que una mujer esté encargada de altos e importantes cargos o de oficios, que por su rudeza o especialidad, hasta ahora habían sido tradicionalmente desempeñados por hombres.

 

Libertad, esperanza, justicia y paz son todas mujeres y en ellas descansa la vida republicana en Venezuela, un país que también tiene nombre de mujer.

Fecha de Publicación:
  08/03/2010

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