Durante el II Taller de Formación por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, para consolidar la justicia de género, la  magistrada Deyanira Nieves Bastidas, vicepresidenta de la Sala de Casación Penal del TSJ, e integrante de la Comisión para la Implementación de los Tribunales de Violencia contra la Mujer, disertó sobre el rol de las mujeres a través de la historia, y en este sentido denunció las vejaciones y maltratos que han sufrido en distintas sociedades y épocas, en las cuales fueron relegadas a un segundo plano.

Abrió su intervención asegurando que para ella resulta muy importante   discernir sobre la participación de la mujer a lo largo de toda la historia venezolana, ya que "hablar de la mujer como ente transformador en la historia universal significa remontarnos al origen de nuestra existencia. Hoy pretendemos hacer un recorrido por los hechos más representativos que contribuyeron a lograr que el mundo entienda que las mujeres estamos llamadas a tener un papel determinante en la humanidad", dijo.

La vicepresidenta de la Sala de Casación Penal, quien advirtió que el mundo ha sido concebido por hombres y para hombres, consideró que "desde la historia misma de la creación, la mujer siempre ha jugado un papel secundario y así por hechos religiosos describen a nuestro creador como un hombre, como un señor de grandes barbas"y me pregunto, por qué no imaginarnos a Dios como una mujer con buen cuerpo, con gran figura, y discúlpenme los que pudieran considerar esto como una herejía".

Recordó que así fue que los hombres estructuraron la historia de creación sin recordar "que somos las únicas capaces de albergar en nuestro vientre al ser humano. Que la concepción se realice en nuestro cuerpo y que sólo la mujer dé ese milagro que es la garantía de la vida humana. Y así como desde tiempos ancestrales se inició una larga lucha por el reconocimiento de nuestros derechos de igualdad y por el respeto a la dignidad de la mujer".

Dicho esto, consideró que resulta imposible entender cualquier cambio y proceso de transformación social sin que sea la mujer la garante de eso, y en el marco de esta reflexión aseveró que "se hace imposible dejar de mencionar esa época en que la Inquisición y sus prácticas macabras llevaban a miles y miles de mujeres a ser calcinadas en las hogueras del terror, creadas por hombres que en el nombre de Dios cometían los crímenes más atroces contra miles de mujeres". Consideró importante reflexionar sobre estos hechos, porque aún en el mundo existen religiones que colocan a la mujer en una condición de indefensión; "nos toca a nosotras luchar sin descanso para continuar logrando espacios de respeto y amor entre todos".

Por otra parte, reconoció que la mujer ha sido siempre una revolucionaria desde todos los ámbitos de su existencia, bajo el anonimato o el brillo de las luces de una marquesina, desde las ideas expuestas a viva voz, llevando adelante una revolución en marcha. "En tiempos de la Revolución Francesa, o desde que la revolución de Frida Kahlo profesaba en sus lienzos, o bien transformando un lápiz en arma poderosísima para escribir libros".

En este contexto hizo un reconocimiento a las mujeres que han librado sus luchas internas o externas en distintas partes del planeta, haciendo una mención especial a Rosa de Luxemburgo, la Madre Teresa de Calcuta, Gabriela Mistral, Rigoberto Menchú y a las venezolanas Juana Ramírez y Teresa Carreño, entre otras tantas.

Finalizó haciendo un llamado a luchar porque en el mundo se logre erradicar la explotación, el egoísmo y la desigualdad y a velar porque hombres y mujeres tengan la misma oportunidad de ser y desarrollarse plenamente, sin olvidar que las mujeres han sido constructoras y protagonistas de los movimientos sociales más importantes de los últimos siglos.