sábado, 05 de febrero de 2011
Magistrado Fernando Ramón Vegas Torrealba orador de orden
Poder Judicial está en el deber de dar su aporte a la política de Estado que conduce a un socialismo bolivariano y democrático
El orador de orden rindió un homenaje ¿a los jueces y juezas que integran y le dan vida consuetudinaria y concreta al Poder Judicial, en todas sus instancias y competencias, a los demostradamente buenos y a aquellos que comienzan a hacer su carrera judicial actuando con dedicación y empeño, no obstante, recordemos que siempre debemos tener presente los deberes patrióticos, cívicos, profesionales y éticos¿

           Para el magistrado de la Sala Electoral Fernando Vegas Torrealba, orador de orden en el acto de Apertura de las Actividades Judiciales 2011, el Poder Judicial venezolano está en el deber de dar su aporte para la eficaz ejecución, en el ámbito de su competencia, de la Política de Estado que adelanta el gobierno nacional en el sentido de desarrollar "una acción deliberada y planificada para conducir un socialismo bolivariano y democrático".

 

            Está claro para el Magistrado que estamos ante una política de Estado y el Poder Judicial como poder del Estado venezolano y con fundamento en el artículo 136 Constitucional que establece la colaboración entre Poderes, está en el deber de dar su aporte en tal sentido.

 

            Ante un auditorio pleno de autoridades del Poder Ejecutivo; Legislativo,  Electoral y del Poder Moral; así como de Jueces y Juezas de todo el territorio nacional, el orador de orden dijo que "la materialización del aporte que debe dar el Poder Judicial para colaborar con el desarrollo de una política socialista, conforme a la Constitución y la leyes, viene dado por la conducta profesional de jueces, secretarios, alguaciles y personal auxiliar".

 

            "Así como en el pasado, bajo el imperio de las constituciones liberales que rigieron el llamado estado de derecho, la Corte de Casación, la Corte Federal y de Casación o la Corte Suprema de Justicia y demás tribunales, se consagraban a la defensa de las estructuras liberal-democráticas y combatían con sus sentencias a quienes pretendían subvertir ese orden en cualquiera de las competencias ya fuese penal, laboral o civil, de la misma manera este Tribunal Supremo de Justicia y el resto de los tribunales de la República, deben aplicar severamente las leyes para sancionar conductas o reconducir causas que vayan en desmedro de la construcción del Socialismo Bolivariano y Democrático"- señaló.

 

            El Magistrado en un denso discurso se paseó por las doctrinas que explican la creación del Derecho en la vida del hombre y la mujer en la sociedad, hasta desembocar en nuestro presente, y en este sentido, expresó que "los jueces debemos recordar siempre que las leyes no son entidades que guardan un concepto perenne de justicia. Desde luego nos estamos refiriendo a como las concibe el Ius naturalismo. Más que un valor abstracto, la justicia pareciera ser más bien "como el amor- un sentimiento. Sencillamente hay sentimientos inmanentes que nos permiten reconocer cuando hay o no justicia, sobretodo a partir de la percepción de la ocurrencia de una injusticia que es lo que generalmente se aprecia primero".

 

La Ley que fue justa ayer, quizás hoy no lo sea

            El orador de orden en su discurso hizo referencia al hecho de que la ley que fue justa ayer, tal vez hoy no lo sea hoy, "porque las circunstancias que la propiciaron ya no son la mismas. Existe una nueva Constitución y una naciente legalidad. Lo que no obsta para que nuestra Sala Constitucional anule y desaplique normas legales y reglamentarias que aun no han sido derogadas por otras leyes o reglamentos pero coliden con disposiciones de la norma normarum. Se trata de un Derecho vivo y en progreso por vía legislativa y jurisdiccional".

 

            Resaltó que sin duda se ha avanzado mucho en la gestión actual del Poder Judicial, comparado con el decadente desempeño del de la IV República, época en la cual las tribus y mafias judiciales lo infiltraron y degradaron, "y no pretendemos decir con esto que entonces no habían jueces honestos y dedicados, los habían, pero eran pocos. Recordemos cuando en los días iníciales del triunfo electoral de 1998, apareció en un periódico de circulación nacional, a página completa, la abundante lista de los casos que un conocido bufete capitalino de nombre y apellido anglosajón tenía en manos del entonces presidente de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia que siempre se los reservaba, bufete que también tenía contratado a destajo a jueces superiores y de instancia, los disonantes comentarios de numerosos abogados del foro caraqueño seguramente vibran todavía en nuestros oídos. Y, sabemos que no era el único, existían otros despachos de abogados que actuaban con nombres tales como David, Borsalino, Damasco y operaban igual que aquel. De manera que, no les quepa la menor duda, hemos adelantado mucho".

 

            Pero al mismo tiempo señaló que aún son inmensas las tareas que se imponen a nuestro Poder Judicial "para alcanzar el grado de desarrollo interno que le permita cumplir eficazmente con su misión de administrar una justicia apegada a la ley, aunque también democrática, de auténtica inspiración social y ejemplo inequívoco de ética. A ello debemos abocarnos con ahínco y devoción. Proveer lo necesario para la realización de cursos de refrescamiento jurídico y de cuarto nivel que expandan los conocimientos del derecho, ampliar la adopción de técnicas de procesamiento de la información que permitan avanzar cada vez más hacia una administración de justicia universal, democrática, breve y transparente, pero a la par, son indispensables, los constantes programas de formación de ética bolivariana y socialista para jueces y juezas, secretarios y secretarias, alguaciles y personal auxiliar; fortalecer la vigilancia y control, así como también procesar las denuncias provenientes de la contraloría social; intensificar una labor gerencial que permita avizorar peligros y problemas para prevenir sus efectos negativos".

 

           Finalmente, el Magistrado rindió un homenaje "a los jueces y juezas que integran y le dan vida consuetudinaria y concreta al Poder Judicial, en todas sus instancias y competencias, a los demostradamente buenos y a aquellos que comienzan a hacer su carrera judicial actuando con dedicación y empeño, no obstante, recordemos que siempre debemos tener presente los deberes patrióticos, cívicos, profesionales y éticos"- concluyó.

 

Autor:
  PRENSA/TSJ

Fecha de Publicación:
  05/02/2011

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