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La fundamentación teológica del vitral, está recogida en lo que es el "Gran Rosetón" o "Rosetón de las Virtudes", que ocupa una gran parte de la superficie del vitral. Aquí están interpretadas, en un gigantesco conjunto de semiología humana, las cuatro virtudes cardinales y las tres virtudes teologales. Sostenidas por un escorzo humano de proporciones colosales en una clara evocación de presencia divina y todopoderosa. Esta confluencia de Dios y las virtudes, da lugar al desbordamiento de grandes torrentes humanos, que junto a estructuras, tensiones, explosiones cromáticas, vacíos, atmósferas, transparencias, y finalmente procesos de gestación recurrentes, dan cuerpo a toda la composición del vitral, según boceto original existente.
Corresponde a la sección lateral derecha del observador. El concepto de justicia, aquí referido y concebido en la relación hombre - al hombre, como consecuencia divina, y no en relación hombre - Dios (según Miguel Angel y el código renacimental). En este contexto de representación humana de la justicia referida al hombre, tiene cabida, en lugar preminente, una invocación válidamente plástica de la imagen del Libertador, libre desde el punto de vista de la realización plástica y al mismo tiempo respetuosa y reverente hacia la iconografía de Bolívar; a este respecto, el gran panel No. 4 de la serie de seis grandes paneles superiores, que a su vez reposan sobre los tres paneles inferiores, en la visión integral del vitral, según plano de numeración de paneles, está dedicado a significar, más que a representar, la imagen del Libertador. Se trata de una centelleante plasmación cromática libre pero reverente. El objetivo plástico, que no debe ser traicionado en homenaje mismo a Bolívar, es producir con su imagen, un punto focal de equilibrio entre potencias humanas, representadas por grandes contingentes de seres. soles, estructuras, y corrientes energéticas de orden netamente plástico, que potencian los casi 750 m² del área del vitral.
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